Los archivos más sospechosos son los ejecutables (como los EXE o los SCR) con scripts de Visual Basic o de JavaScript (extensiones .VBS y .JS). Comúnmente, vienen comprimidos en archivos ZIP o RAR para esconder su naturaleza maliciosa. Otra categoría peligrosa de archivos son los de MS Office (DOC, DOCX, KLS, KLSX, PPT y demás). Pueden contener macros vulnerables, así que si vas a activarlas en un documento de Word, piénsatelo dos veces antes de hacerlo.
Ten cuidado también con los accesos directos (extensiones .LNK). Windows puede representarlos con cualquier icono, por lo que, si el nombre del archivo es de inocente apariencia, podría darte problemas.
Una nota importante: Windows abre archivos de extensiones conocidas sin consultar al usuario y, por defecto, no muestra las extensiones en Windows Explorer. Por ello, si ves un archivo llamado algo así como Importante_info.txt, en realidad podría ser Importante_info.txt.exe, un instalador de malware. Por una mayor seguridad, configura Windows para que muestre las extensiones.